En los últimos años ha habido un boom de espacios de trabajo compartidos. Pueden ser una buena opción para algunas empresas y organizaciones; sin embargo, dado que no es su objetivo, estos lugares suelen carecer de identidad. Para una organización de la sociedad civil, un espacio como este podría resultar ajeno a ciertos principios de austeridad, calidez y cercanía.
En la Ciudad de México, las organizaciones tienen el reto de encontrar lugares de trabajo céntricos, de bajo costo, y que no las hagan enfrentarse a contratos de rentas que no sabrán si podrán cumplir en el mediano o largo plazo. Además, sus espacios deben ser adecuados para tener reuniones sobre temas sensibles y contar con vías de comunicación protegidas, lo que muchas veces las limita a rentar espacios compartidos como los antes mencionados. Más allá de esto, es importante que su espacio laboral mantenga una identidad y sea congruente con el fin que la organización persigue.
Casa Creatura ofrece un modelo de espacio de trabajo en el que las organizaciones comparten recursos más allá de la infraestructura. Es una comunidad, un punto de encuentro que se desarrolla en tres niveles que pueden ser conectados transversalmente:
1.- Como espacio fijo de trabajo a un precio accesible para organizaciones de la sociedad civil, y colectivos o personas con un proyecto que tenga un interés social. Este espacio cuenta con las comodidades de una casa/oficina.
2.- Para llevar a cabo eventos con objetivos específicos que promuevan el cambio social. Casa Creatura cuenta con espacios diversos (terrazas, oficinas y salas de juntas) y mobiliario para adaptarse al tipo de evento.
3.- Existe una oportunidad para explorar un modelo colaborativo de aprendizaje y vinculación, donde las y los habitantes de Casa Creatura encuentren personas que trabajan en temas afines, con disposición de compartir herramientas, contactos, recursos humanos –por ejemplo: servicios contables y legales– y apoyo para cumplir sus objetivos.